Cada 12 de marzo se conmemora el día internacional del glaucoma, enfermedad conocida también como “asesino silencioso de la visión”, pues suele aparecer y desarrollarse de manera prácticamente asintomática, hasta alcanzar un auténtico “punto de no retorno” donde la persona pierde su visión en forma irreversible.
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, cerca de 80 millones de personas padecen glaucoma en todo el mundo, aunque casi la mitad no lo sabe. Y se estima que en 2024 los casos superarán los 111 millones.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una grave afección a la vista causada por un aumento (paulatino o repentino) de la presión intraocular que daña el nervio óptico.
Puede presentarse a cualquier edad (incluso en forma congénita o durante la niñez y juventud), aunque suele ser más frecuente a partir de los 40 años. De hecho, suele afectar al 5% de los mayores de 50 años, y a uno de cada 10 mayores de 80.
El glaucoma suele manifestarse de dos formas:
- Puede aparecer en forma brusca, acompañado de congestión y dolor (glaucoma agudo por bloqueo).
- Puede evolucionar lentamente a lo largo de los años, sin generar dolor ni síntomas (glaucoma de ángulo abierto).
El glaucoma agudo por bloqueo, también conocido como glaucoma de ángulo cerrado, es muy poco frecuente. Se manifiesta con síntomas repentinos tales como: dolor, enrojecimiento de los ojos, trastornos de visión, vómitos, dolor de cabeza intenso y visión con halos de luces.
El glaucoma de ángulo abierto, en cambio, es la forma más frecuente. Es asintomático, lo que genera alto riesgo de que la persona pierda gradualmente la visión, de manera irrecuperable.
Prevención y recomendaciones
Los especialistas enfatizan que la persona debe realizarse todos los años, un examen oftalmológico completo anual, especialmente después de los 40 años, aun cuando no tenga síntomas ni signos de esta patología.
Esto permitirá detectar la enfermedad en sus estados iniciales o precoces, lo cual es vital para la persona, pues cuanto más precoz sea el diagnóstico, mayores posibilidades tendrá de mantener una buena visión.
La única forma de detectar a tiempo el glaucoma, consiste en acudir al oftalmólogo y realizar una toma de presión ocular.
En caso de sospechar la presencia de la enfermedad, el especialista también puede evaluar el ángulo del ojo, realizar un estudio del campo visual y analizar el estado del nervio óptico, para establecer el estado evolutivo del glaucoma, entre otros exámenes.
Tratamientos
La pérdida de visión por glaucoma es irrecuperable, y es la segunda causa de ceguera en el mundo, así como la primera causa de ceguera irreversible.
Todos los tratamientos se orientan a bajar la presión intraocular a un nivel tolerable para el nervio óptico, para así frenar la evolución del daño y evitar que continúe la pérdida de visión.
Algunos de los tratamientos existentes que puede indicar el oftalmólogo, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, son los siguientes:
- Uso de gotas antiglucomatosas de aplicación diaria.
- Intervención mediate láser.
- Cirugía.
Los especialistas también recalcan que existen factores de riesgo que pueden incrementar la probabilidad de padecer glaucoma.
Al respecto, mencionan “9 reglas de oro” que deben motivar la consulta inmediata:
- Ver halos de colores o un arco iris alrededor de las luces.
- Tropezar con frecuencia, lo que puede estar relacionado con un defecto del campo visual.
- Tener antecedentes de glaucoma en la familia.
- Sufrir dolores de cabeza persistentes.
- Ingerir corticoides y medicamentos antiespasmódicos, ansiolíticos y/o tranquilizantes.
- Tener visión borrosa de aparición brusca sumada a dolor de cabeza.
- Haber tenido un traumatismo grave en el ojo.
- Padecer hipermetropía o miopía en grado muy elevado.
- Nacer con ojos grandes o sufrir lagrimeo constante durante la infancia (signo de posible glaucoma congénito).
La pérdida de visión causada por el glaucoma es irreversible, pero si se detecta a tiempo y se sigue un tratamiento con cuidado y constancia, la persona tiene mejores expectativas de preservar su visión residual.
Por ello, es vital que te examines todos los años, y si te diagnostican esta enfermedad, es muy importante que sigas el tratamiento al pie de la letra y sin faltas.