Estudio de la Universidad de O’Higgins, indica que su acumulación excesiva provoca problemas de salud cardiovascular y metabólica, como resistencia a la insulina, inflamación y atrofia muscular, entre otras afecciones.
Una reciente investigación del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de la Universidad de O’Higgins (UOH), descubrió que la acumulación excesiva de tejido adiposo intermuscular se relaciona directamente con diversas afecciones metabólicas de las personas.
Según explicó el líder del equipo investigador, Dr. Marcelo Flores, esto puede causar atrofia muscular, función reducida, inflamación, resistencia a la insulina, problemas cardiovasculares y envejecimiento poco saludable, entre otros efectos negativos.
“La aparición de tejido adiposo intermuscular, un tipo de grasa que se acumula entremedio de los músculos, está relacionada a serios problemas de salud cardiovascular y metabólica”, indica el académico de la UOH.
Este tipo de grasa existe en todas las personas en pequeñas cantidades y tiene un rol muy importante en mantener la masa muscular.
“Sin embargo, cuando la grasa intermuscular se acumula en exceso, puede causar problemas de salud como resistencia a la insulina, inflamación y atrofia muscular”, indica el Dr. Flores.
“También puede alterar la capacidad contráctil de los músculos (capacidad de generar fuerza), aumentar problemas funcionales y de movilidad en personas mayores e incluso acelerar el proceso de envejecimiento”, puntualiza el académico UOH.
Causas y consecuencias
La investigación de la UOH también concluye que el tejido adiposo intermuscular puede aumentar por diversas razones, tanto en personas jóvenes como en adultos mayores, y su causa más importante es el disminución de la actividad física.
“Al contraerse menos los músculos en personas sedentarias, no se generan los estímulos necesarios para mantener a las células que componen este tipo de tejido adiposo en un estado inhibido”, explica el Dr. Flores.
El tejido adiposo intermuscular también puede aumentar considerablemente cuando existe una lesión muscular, pues la consecuente reducción de la actividad física diaria altera la función de las células precursoras fibro-adipogénicas.
“Estas células en estado normal, favorecen la mantención de la masa muscular y su función, y son esenciales para la salud de los músculos”, señala el académico.
El Dr. Flores también advierte que cuando su función se altera, debido a la inflamación derivada de una lesión o por falta de contracción, “estas células forman adipocitos que acumulan grasa y también tejido fibroso, que en su conjunto alterarán las funciones del tejido muscular”.
El académico e investigador detalla que actualmente siguen investigando los factores que explican la generación de este tejido adiposo y para saber cómo se puede evitar su formación sin afectar la función del tejido muscular.
De todos modos, la principal recomendación para evitar estas consecuencias negativas entre los adultos y asegurar una mayor preservación de la masa muscular, a medida que envejecemos, es realizar ejercicio en forma permanente.
La investigación “Fibro-adipogenic progenitors in physiological adipogenesis and intermuscular adipose tissue remodeling” es liderada por el Dr. Marcelo Flores (UOH) y el Dr. Osvaldo Contreras del Instituto de Investigación Víctor Chang (Sydney, Australia).
Junto a ellos colaboraron los investigadores Daniel Kopinke, Françoise Helmbacher, Rodrigo Fernández, Mauro Tuñón y Gordon S. Lynch.