Aprende a cuidar tus articulaciones

Aprende a cuidar articulaciones

A medida que transcurren los años, también aumentan las probabilidades de que perdamos algún grado de movilidad corporal. Esto ocurre tanto por la reducción de la masa muscular, como por el progresivo desgaste natural que sufren nuestras articulaciones.

 

Dicho desgaste se debe al paulatino adelgazamiento de los cartílagos y al acortamiento de los ligamentos, factores que a su vez pueden traducirse en dolores constantes y una progresiva reducción de las capacidades físicas.

 

En términos prácticos esto significa que, a medida que envejecemos, los movimientos de nuestras articulaciones pierden flexibilidad y se vuelven más rígidos. Especialmente en las caderas, muñecas, rodillas y hombros.

 

Esta condición se traduce en alto riesgo de padecer algún grado de movilidad reducida, lo que, consecuentemente, nos hace perder autonomía y que debemos depender más de otras personas para realizar nuestras actividades cotidianas, incluso las más simples.

 

¿Cómo prevenir la pérdida de movilidad?

 

Para enfrentar este riesgo, es fundamental que practiquemos un estilo de vida que nos permita mantener óptima salud articular.

 

Consejos para cuidar articulacionesEsto es muy importante para nuestra salud y calidad de vida genera, no solo para conservar nuestra condición de autonomía e independencia, sino también para reforzar nuestra autoestima y bienestar físico y espiritual.

 

De hecho, los médicos y especialistas coinciden en que, para preservar al máximo nuestra movilidad articular, la actividad física focalizada permanente, nos brinda las siguientes ventajas específicas:

 

  • Mantener buen tono muscular.
  • Recuperar la capacidad de aplicar fuerza.
  • Mejorar la resistencia.
  • Reducir la fatiga general.

 

Por ello, resulta imprescindible que adoptemos todas las acciones y precauciones posibles para prevenir y mitigar las consecuencias derivadas del desgaste de nuestras articulaciones.

 

Al respecto, médicos y fisioterapeutas recomiendan lo siguiente:

 

1. Realizar ejercicio físico

El ejercicio alivia la rigidez, reduce el dolor y fortalece los músculos que rodean las articulaciones. En tal sentido, uno de los más completos y recomendados es la natación, ya que ayuda a mantener la flexibilidad y el rango de movimiento.

 

Las caminatas y el trote también cumplen este objetivo, aunque es importante recordar que siempre debemos realizar un calentamiento previo. Además, si queremos correr, debemos comenzar en forma suave y aumentar la velocidad poco a poco, solo cuando los músculos y articulaciones estén preparados para ello.

 

Otro ejercicio valioso es subir escaleras, siempre y cuando lo practiquemos con constancia y sin demasiado esfuerzo.

 

2. Mantener un peso saludable

Nuestras articulaciones están diseñadas para soportar un peso acorde con nuestra estatura.  Si tenemos sobrepeso ejercemos una presión extra sobre ellas y aceleraremos innecesariamente su desgaste, especialmente en las rodillas.

 

Los especialistas aseguran que mantener el peso ideal, mejorará considerablemente la salud de nuestras articulaciones y reducirá en 50% el riesgo de que padezcamos osteoartritis de rodilla.

 

3. Ingerir alimentos sanos

Recientes estudios establecen que la dieta mediterránea se asocia a un menor riesgo de padecer artritis reumatoide. Esto implica que debemos consumir mayor cantidad de pescados ricos en ácidos grasos Omega 3 (como el salmón y la caballa), así como también frutas y verduras ricas en vitamina E, antioxidantes y cereales integrales.

 

4. Mantener buenos hábitos de postura

Una de las principales causas del dolor articular es la mala postura. Esto se produce en diversas situaciones, como cuando nos encorvamos al caminar o cuando estamos sentados frente al computador. Esto genera mayor probabilidad de desalinear la columna vertebral, lo que se traduce en tensión adicional en las rodillas y caderas.

 

Los expertos recomiendan mantener la cabeza siempre erguida, los hombros hacia atrás y la columna lo más recta posible.

 

5. Cuidar la hidratación

Si no nos hidratamos bien, el cuerpo extraerá el líquido que necesita de diversas áreas vitales, como por ejemplo, los cartílagos (que se componen en 80% de agua). Esto, sin lugar a dudas, agravará el deterioro de las articulaciones.

 

También es importante que evitemos los líquidos deshidratantes, como café, alcohol y bebidas gaseosas, especialmente en verano.

 

6. Descansar

El descanso es una de las mejores formas de proteger las articulaciones, pues ayuda a reducir las inflamaciones y no requiere de ningún esfuerzo. De hecho, es normal que un mal descanso (especialmente nocturno) se refleje en articulaciones rígidas y doloridas.

 

Junto a estos métodos naturales, el mercado ofrece en la actualidad una gran cantidad de suplementos vitamínicos y minerales, como la glucosamina y el sulfato de condroitina, que ayudan a mantener lubricadas las articulaciones, y además regeneran y reparan los cartílagos dañados.

 

Sin embargo, antes de consumir estos y otros suplementos (como el colágeno, por ejemplo), es importante que consultes a un especialista. No solo para que te indique la conveniencia de ingerir estos productos, sino también para que te informe cuál es la dosis máxima diaria.

 

¡Feliday siempre te acompaña!

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