¿Sabes cómo tratar una vejiga hiperactiva?

Vejiga hiperactiva

Probablemente en más de alguna oportunidad hemos sentido deseos incontrolables de orinar. Si es una situación ocasional, no representa un problema, pero si, por el contrario, se vuelve frecuente durante el día o la noche, puede tratarse de un trastorno conocido como “vejiga hiperactiva”.

 

La vejiga hiperactiva, también llamada OAB (siglas en inglés de Overactive Bladder), se define como la necesidad repentina y frecuente de orinar.

 

Se produce cuando los músculos de la vejiga comienzan a contraerse solos, aunque el volumen de orina almacenado sea bajo. Estas contracciones involuntarias son las que generan la necesidad urgente de orinar en forma frecuente.

 

Puede experimentarse muchas veces durante el día y la noche, y en ocasiones suele ser tan difícil de controlar que se produce pérdida no intencional de orina (denominada “incontinencia de urgencia”).

 

Trastornos de vejiga hiperactivaSi bien es una condición que provoca vergüenza y hasta aislamiento social, no siempre debe ser así. De hecho, una breve evaluación médica permite determinar su origen, intensidad y tratamiento, el cual suele ser más simple de lo que se piensa.

 

De hecho, en la mayoría de los casos se puede controlar sólo con sencillas estrategias como cambios de dieta, micción cronometrada y técnicas kinésicas de contención de la vejiga (ejercitando los músculos del piso pélvico).

 

Si estos esfuerzos iniciales no son suficientes, existen tratamientos adicionales disponibles, que pueden ser indicados por un especialista.

 

Principales síntomas

 

Según explican los expertos de Clínica Mayo, la vejiga hiperactiva puede manifestarse a través de los siguientes síntomas:

 

  • Necesidad urgente, repentina e incontrolable de orinar.
  • Pérdida involuntaria de orina inmediatamente después de la necesidad urgente de orinar (incontinencia de urgencia).
  • Orinar ocho o más veces durante un periodo de 24 horas.
  • Despertar más de dos veces en la noche para orinar (nicturia).

 

Cuándo debes consultar a un médico

 

Si bien la vejiga hiperactiva suele ser común entre los adultos mayores, no es una condición típica o natural del envejecimiento.

 

De hecho, existen diversas afecciones que contribuyen a que sus signos y síntomas se manifiestan en cualquier edad, como por ejemplo:

 

  • Trastornos neurológicos, como accidentes cerebrovasculares y esclerosis múltiple.
  • Diabetes.
  • Infección de las vías urinarias.
  • Cambios hormonales durante la menopausia en las mujeres.
  • Afecciones que repercuten en la vejiga, como tumores o cálculos.
  • Factores que dificultan la eliminación de orina de la vejiga, como agrandamiento de la próstata, estreñimiento o cirugías previas para tratar la incontinencia.

 

Los síntomas de la vejiga hiperactiva también pueden aparecer o intensificarse debido a las siguientes condiciones:

 

  • Consumo de medicamentos que hacen que el cuerpo produzca mucha orina, o que deben tomarse con mucho líquido.
  • Consumo de elevadas cantidades de cafeína o alcohol.
  • Deterioro de las funciones cognitivas, que puede impedir que la vejiga interprete correctamente las señales enviadas por el cerebro.
  • Dificultades para caminar.
  • Vaciamiento incompleto de la vejiga.

 

Posibles complicaciones

 

Si bien todo tipo de incontinencia urinaria puede afectar nuestra calidad de vida, los síntomas de vejiga hiperactiva también pueden estar asociados con alteraciones de salud mental, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes:

 

  • Sufrimiento emocional o depresión.
  • Ansiedad.
  • Alteraciones o interrupción de los ciclos de sueño.
  • Problemas de sexualidad.

 

Por ello, en algunos casos el tratamiento de estas afecciones asociadas puede ayudar a eliminar o reducir los síntomas urinarios.

 

Prevención

 

Asimismo, para reducir el riesgo de padecer vejiga hiperactiva también se pueden tomar las siguientes medidas orientadas esencialmente a mantener un estilo de vida saludable:

 

  • Mantener un peso saludable.
  • Hacer actividad física y ejercicio todos los días con regularidad.
  • Limitar el consumo de cafeína y alcohol.
  • Deja de fumar.
  • Controlar afecciones crónicas, como la diabetes, que pueden potenciar los síntomas de vejiga hiperactiva.
  • Hacer ejercicios específicos para fortalecer los músculos del suelo pélvico (ejercicios de Kegel).
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