¿Disfrutas de un adecuado sueño nocturno?

Sueño nocturno de calidad

Dormir bien es fundamental para cuidar nuestra salud y mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, a medida que avanza nuestra edad, se cada vez más difícil tener un adecuado descanso nocturno, debido a la interacción de diversos factores negativos internos y externos.

 

Esto se traduce menos períodos de sueño profundo, lo que conlleva a despertarse con más frecuencia durante la noche, y más temprano por las mañanas.

 

En consecuencia, una gran proporción de adultos mayores duermen menos tiempo del que necesitan y, en algunos casos, este reducido sueño nocturno también es de mala calidad, lo que puede provocar diversas alteraciones físicas y mentales.

 

¿Qué nos sucede si dormimos mal?

 

Según explican los especialistas internacionales, los adultos mayores deben dormir entre 7 y 8 horas, pues períodos más reducidos interrumpen el buen descanso y además pueden afectar la memoria, la concentración y el ánimo.

 

Todo ello, a su vez, reduce el rendimiento intelectual y físico, lo que conlleva a un rápido deterioro de la salud.

 

También es fundamental que el sueño sea verdaderamente reparador, porque un mal descanso puede perjudicar nuestra presión y funciones metabólicas. Además, aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

 

¿Qué situaciones afectan nuestro descanso nocturno?

 

Los expertos concuerdan, asimismo, en que la disminución del descanso nocturno durante esta fase de la vida se debe, en parte, a la menor capacidad del cerebro para mantener un sueño profundo.

 

A esto se suman otros factores propios del envejecimiento, como por ejemplo:

 

  • Molestias hormonales en las mujeres.
  • Dificultades prostáticas en los hombres.
  • Consumo de algunos medicamentos que provocan ciertos niveles de insomnio.

 

También es vital cambiar los hábitos personales

 

Otro factor que afecta el buen dormir de los adultos mayores son los malos hábitos como, por ejemplo, pasar gran parte del día en el dormitorio y realizar allí la mayoría de las actividades personales, como por ejemplo, comer, ver televisión, hablar por teléfono o leer.

 

Todas esas conductas afectan la capacidad del cerebro para inducir el sueño profundo, en especial si las personas pasan demasiado tiempo recostadas en la cama y sin dormir.

 

Además, en esta etapa de la vida las personas suelen acostarse más temprano, lo que incrementa las probabilidades de despertar con más frecuencia en la madrugada.

 

Cuidar el sueño nocturnoEsta condición puede verse potenciada, asimismo, por la presencia de patologías dolorosas no tratadas que afectan el sueño, como los trastornos respiratorios o el llamado “síndrome de piernas inquietas” (condición neurológica caracterizada por la aparición de molestias que obligan a mover las piernas constantemente).

 

Asimismo, es común en la tercera edad dormir siestas prolongadas durante el día para compensar la falta de sueño nocturno, lo cual también tiende a deteriorar el buen dormir.

 

Por ello, los especialistas recomiendan que los adultos mayores eviten esta práctica, o bien, la limiten a un lapso que no supere la media hora, inmediatamente después de almorzar.

 

Otras acciones que nos ayudarán a conciliar el sueño nocturno son las siguientes:

 

  • Mantener horarios regulares y tener rutinas al acostarse.
  • Hacer actividades al aire libre, especialmente al final de la mañana y después de almuerzo.
  • Hacer ejercicio en forma regular, idealmente, antes de las 17:00 horas.
  • Limitar las siestas a períodos no mayores de 30 minutos.
  • Consumir solo cenas livianas o colaciones ligeras al menos dos horas antes de acostarse, para no dormir con el estómago lleno.
  • No ingerir café, té o bebidas carbonatadas antes de dormir.
  • Usar el dormitorio solo para dormir y practicar vida sexual; no para actividades como comer, ver televisión o usar el computador, entre otras.

 

Sigue estas recomendaciones para que así puedas conciliar mejor el sueño durante las noches y mejorar también tu salud y calidad de vida.

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